Gracias a dios, sólo falta un partido.

La tenue luz de esperanza amanecida al calor del triunfo frente a Zunny hace tan sólo siete días, tuvo una abrupta caída de tensión y nos dejo a oscuras, justo en el partido en el que Iron Manzi enfrento a 3–T por la sexta fecha de la Copa de Bronce del Torneo Centenera. No es que dicho match tuviera una importancia fundamental en la definición del certamen, ni mucho menos. La mala campaña ya no tiene vuelta atrás, pero una victoria hubiera reafirmado la recuperación esbozada en la fecha anterior.
Manzi no llego a meterse nunca en el trámite del encuentro. Puesto a remontar la diferencia de un gol producto de un grosero, y repetido, error en la salida, todo el equipo (alguno más que otro) entro en una especie de crisis nerviosa, provocada por la impotencia propia, los errores en el arbitraje, y, sobro todo, algunas innecesarias brusquedades del rival.
Recién en el segundo tiempo, el verde logro imponer las condiciones en el desarrollo del juego y dar vuelta el resultado, cuando (por tarjeta azul) quedo provisoriamente con un jugador más que su rival. De esta manera logró empatar y ponerse en ventaja. Pero falto claridad para obtener una diferencia tranquilizadora en el marcador.
Cuando 3-T volvió a tener cinco jugadores en cancha; se encontró de regalo, con un Manzi físicamente extenuado, y sin la posibilidad de hacer cambios, gentileza de las tarjetas azules recibidas por el Wino y Rodri. Con poco tiempo por delante y con todas las cartas sobre la mesa, no fue muy difícil para el equipo negro y rojo terminar de liquidar el pleito. El último tramo del partido, mostró quizás la cara más violenta de Manzi en mucho tiempo. Se repartieron murras a diestra y siniestra, incluyendo un maravilloso tackle de Zucho que, al mejor estilo All Blacks, no vacilo en derribar a un rival que se dirigía hacia el arco con pelota dominada.
Lo único que dejo en claro esta nueva derrota es el saber que, a la hora del borbollón; del tumulto; de la confrontación, Manzi todavía puede copar la parada. Aunque eso, por suerte para la salud del fútbol, no da puntos.