
Se trata de una de las mejores versiones del escuadrón esmeralda en su historia. Un equipo sólido para defender, al que no le faltaba buen juego de la mano de Nico y Pato. Un Wino, héroe al final de todo, en un momento de total furia goleadora. Un equipo ante todo, solidario.
Una imagen vale más que mil palabras. La foto habla con elocuencia. Casi una síntesis de una filosofía de juego. Todos defienden. Pero también todos atacan. No, no es el fútbol total de la Holanda del ’74. Es un grupo de jugadores convencidos de la máxima acuñada por el periodista Dante Panzeri en su indispensable libro "Dinámica de lo impensado":
Una de las leyes del fútbol que más hermoso lo hace, es aquella de que todos necesitan de todos y nadie puede subsistir o triunfar por si solo. Fútbol es amistad.
Finalmente, la muchachada manzista se impondría a Blasys por ventaja deportiva y lograría el ascenso a primera, en una de las definiciones más apasionantes de la historia de Centenera. Pero esa será otra historia…
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