martes, 20 de febrero de 2007

Nosotros, los peores de todos.

Está dicho. Lo vengo diciendo hace un tiempo. Estamos en el horno. Y con papas. Cuarta fecha de la Copa de Bronce (zona de perdedores al cuadrado). Otra actuación para el olvido y otra lógica derrota para engrosar el historial de caídas, para hundirnos más en lo que a esta altura ya es el peor momento de Manzi en Centenera, y para darle una respuesta definitiva a una pregunta que se formula permanentemente un histórico jugador del verde: ¿Para qué mierda nos habremos anotado en la Copa de Verano?
Encontrarle una explicación a lo mal que estamos jugando me parece inútil. Ya sabemos que nunca nos destacamos por el juego atildado, pero lo nuestro en esta Copa Centenera ya es ofensivo para los ojos y peligroso para la salud. El equipo esta inmerso en el caos. No sabe si ataca, si se defiende, si se queda en el medio, si se vuelve a casa. Los rebotes y las pelotas divididas siempre le quedan a los rivales. No nos sale una. Pero ni una, de verdad. No exagero.
Buscar excusas tampoco tiene mucho sentido. Es verdad que encaramos este certamen para mantenernos en actividad y que los músculos y articulaciones no se nos pongan como piedras. Lo jugamos con un carácter un poco más "lúdico" si se quiere. Para divertirnos y despuntar el vicio del "fulbo". Después de seis partidos perdidos en forma consecutiva, estoy en condiciones de afirmar que esto de "lúdico" y divertido, no tiene nada.
Para ponerle la frutilla al postre, la derrota contra Padre Grassi F. C. nos deja con el dudoso honor de ser el peor equipo de toda la Copa. Perdimos absolutamente con todos los rivales que enfrentamos. Y encima falta tan poco para que empiece el Apertura.

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