
Manzi hoy es pura impotencia. Es querer y no poder. Si bien el poder ofensivo nunca fue una característica histórica del equipo, lo de este campeonato es alarmante. Los dos goles en cinco partidos jugados son la prueba más elocuente. Para más datos, el verde acumula, y debe ser record en cancha de papi, algo más de sesenta minutos sin convertir. Además, la evidente pérdida de solidez defensiva, tanto desde el arco como en la última línea, habituales puntos altos, lo convierten en presa fácil de sus rivales.
En lo que respecta al cotejo en si, no tardo mucho el conjunto albiceleste en quebrar el cero. A partir de ahí se hizo dueño del desarrollo y no paso mayores sobresaltos en la construcción de su victoria. Como siempre, el escuadrón esmeralda fue pura voluntad, acompañada esta vez, por los toques de claridad aportados por Martín. Logro crear unas cuantas situaciones de riesgo, pero choco con sus propias limitaciones en la definición y con las seguras intervenciones de ese portento de arquero que es Diego Figueroa.
La primera mitad termino con una diferencia de dos en el marcador, con un leve tufillo a cosa juzgada. Porfiado, Manzi esbozo una reacción. Intento que se dio la jeta contra el piso con la tercera conquista de Bocha y sus músicos. Ya no hubo discusión posible. Los de celeste y blanco consiguieron dos anotaciones más, para darle el marcador definitivo al match. El pitazo final del árbitro fue una caricia para el ánimo verde.
Así como están las cosas, el objetivo, es escaparle a la zona de descenso directo y meterse en promoción. Es verdad que falta mucho para el final del campeonato, pero la actualidad alimenta la incertidumbre. ¿Podrá el escuadrón esmeralda torcerle el brazo a ese destino que ya parece prefijado? La empresa parece difícil, más no imposible. Los corazones manzistas conocen de milagros.
Contra todo, y más fuerte que nunca, aguante Manzi carajo!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario