El viejo y glorioso Manzi F. C. se impuso al histórico Callejeros F.
C. por cuatro a uno, logrando de esa manera, ponerle fin a una serie de tres derrotas consecutivas que lo alejaron de la lucha por los puestos
de ascenso y lo devolvieron al frío y la incertidumbre de los puestos
más bajos de la tabla, ahí donde el sol no alumbra con su luz.
El
escuadrón esmeralda, que en este torneo parece haber abrazado con más
fervor que nunca la filosofía del todos atrás y dios de nueve, tuvo
máxima efectividad en la primera mitad del encuentro. En esa explotación
de las oportunidades propias y, sobre todo, del error ajeno está la
clave para explicar una victoria.
Casi sin darse cuenta, el verde estaba ganando tres a cero. Primero Javi, apuro la salida del arquero,
robo y abrió el marcador. Un rato después, CB definió con maestría
enganchando en la puerta del área rival y engañando a todo el mundo para
convertir con el arco desguarnecido. El autor de la segunda conquista
desperdició un penal a favor, pero se recompuso segundos después para
aprovechar un nuevo error en el fondo rival. Callejeros logro descontar poco antes del descanso.
El comienzo de la
etapa final trajo excelentes noticias para la muchachada manzista. Sobre
la mitad de la cancha, el negro ejerció el sutil arte de la paciencia,
esperando el momento indicado para meter un pase bochinesco al corazón
de la última línea tricolor, que CB cambio por gol.
Tres
goles arriba nuevamente, el verde comprimió, todavía más, sus líneas, jugando
peligrosamente cerca de su arco. Sí no sufrió más goles fue básicamente
por dos razones. Primero, porque su rival exagero en la búsqueda
individual, facilitando la labor defensiva. Y segundo, porque Callejeros
fallo una buena cantidad de situaciones muy claras que pudieron
significar un vuelco en el escenario anímico del cotejo.
El escuadrón esmeralda se desorganizo con el correr de los minutos, a medida que el cansancio fue haciéndose sentir, provocando que la defensa de la ventaja se haga caótica por momentos. Finalmente, el silbato del arbitro llevo alivio a los corazones manzistas. La misión estaba cumplida. Era hora de disfrutar y poner la proa hacia Don Napoleón. El nuevo puerto en el horizonte.
Aguante Manzi carajo!!!
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