jueves, 22 de noviembre de 2007

Quien dijo que todo esta perdido (Video Motivador Nº 3)


El motivometro esta cada vez más alto, y la monada se sale de la vaina por empezar a defender en la cancha la gloriosa camiseta del Manzi F. C.
En este recorrido arengador que nos hemos propuesto para desandar el camino hacia el partido del próximo domingo llegamos a un punto muy alto en el ranking de las grandes hazañas del fútbol. Volvemos otra vez sobre la Champions League, pero esta vez a su edición 2004-2005. La final de dicha competencia la disputaron el A. C. Milan y el Liverpool, quienes generaron uno de los partidos más espectaculares y dramáticos de los últimos tiempos. Pero espectacular y dramático en serio. Vale aclarar porque esta lleno de partidos pedorros a los que se les pone ese calificativo . Ah, como curiosidad puede anotarse que Tunissia, nuestro rival el fin de semana que viene, juega con la camiseta suplente del conjunto britanico.
Retomando. El equipo neroazurro vapuleo a su rival a lo largo del primer tiempo y, con goles de Paolo Maldini (al minuto de juego) y Hernán Crespo (dos pepas), se fue al descanso con un 3 a 0 aparentemente definitivo. Había olor a goleada catastrófica, aquella noche en Estambul.
Perdido por perdido, el equipo de la ciudad de los Beatles salió a quemar las naves. En dos minutos (a los 9 y a los 11), Gerrard y Šmicer empezaron a diseñar la hazaña que estaba por venir. Cuando Xavi Alonso consiguió empatar el tanteador, las sensaciones cambiaron radicalmente. Ahora era el Liverpool, pese a que se encontraban igualados, el que había definido el partido. Si bien el marcador no sufrió modificaciones durante el resto del cotejo, ni en el suplementario, era evidente que los ingleses habían acertado un golpe directo a la mandibula de los italianos.
La final se definió en los penales. Adivinen quien fue el ganador...
La frase motivadora del día
El doctor arenga y advierte a sus dirigidos: "Muchachos, dejemos de pasarle la pelota a los de amarillo". Extraido de la charla en el vestuario, durante el entretiempo del partido Argentina-Brasil, por los octavos de final del mundial Italia 1990.


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