
Como no podría ser de otra manera, el escuadrón esmeralda tuvo que sufrir una más en la larga cadena de complicaciones en la integración de su plantilla. La lesión de Santi, afuera al menos por dos semanas más, dejo al equipo sin su jugador de mejor pie. Así con jugadores más aptos para el combate cuerpo a cuerpo que para las florituras, con la honrosa excepción de Wino que viene levantando su nivel, Manzi salto al campo de juego.
Recovecos tomo la iniciativa en el comienzo del encuentro, sin mayor éxito que un mano a mano frustrado y un par de aproximaciones. Con el correr de los minutos, el verde empezó a ganar protagonismo. Se hizo con el control del balón, ante la pasividad de un rival que no presionaba, y con esa posesión empezó a generar peligro real.
Aviso Pancho con su ya típico pique y palomita en el segundo palo. La defensa roja despejo sobre la línea un remate de Zucho. Un rato después, Rodri no llego a conectar de cabeza un buen centro de Wino. Tanta insistencia dio sus frutos. El mencionado Zucho, grab trabajo y figura del partido, aprovecho una pelota que quedo dando vueltas en la boca del arco para anotar el primer gol de Manzi.
Recovecos no reacciono con la desventaja por lo cual el conjunto vestido de negro siguió manejando con serenidad el curso de las acciones. El autor del, hasta ahí, único gol volvió a decir presente para estirar la diferencia a dos.
El segundo tiempo mostró al equipo con la camiseta de la selección francesa más adelantado en el terreno, ejerciendo presión sobre la salida rival en busca de una rápida recuperación de la pelota. Manzi se propuso manejar los tiempos para freezar el partido, pero termino sometiéndose a la desesperación de su contrincante, dejando de lado el temple y la calma de los veinte minutos iniciales.
El tercer tanto, anotado por Panza, volvió a marcar después de treinta y siete partidos, no brindo la tranquilidad del pleito liquidado. Rápidamente los de rojo encontraron el descuento, que los mantuvo con vida. En forma desordenada, salieron a buscar un gol que los acercara a la quimera del empate.
Manzi defendió la diferencia con los dientes apretados, parándose demasiado cerca de su propio arco, casi resignando la posibilidad de articular un contragolpe que definiera el match. El final encontró a los de casaca negra sosteniendo una victoria por la que habían hecho sobrados meritos, sobre todo en la primera mitad. La satisfacción por los dos puntos obtenidos, que valen oro, fue un calido abrazo para un equipo urgido de alegrías duraderas.
La próxima parada de este Clausura 2009 que esta entrando en su etapa de definiciones, pondrá a Manzi en un compromiso de máxima dificultad. El escuadrón esmeralda se medirá ante Candomberos, el puntero invicto del certamen, en un duelo donde, de buenas a primeras, sobran las desigualdades. Duelo que exigirá de parte de la muchachada manzista, la máxima entrega y concentración para ir en busca del batacazo. Qué así sea.
Aguante Manzi carajo!!!
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